10/8/18

CAMPAÑA WARHAMMER FANTASY - DEVASTACIÓN PRIMAVERAL. Parte 2

Nuestro compañero Andoni os presenta la segunda parte del relato de la campaña de Warhammer Fantasy que se está jugando.
Aquí podeis leer la primera parte: https://alvalhalla.blogspot.com/2018/06/campana-warhammer-fantasy-devastacion.html


Marcelino se despertó con las primeras luces del alba, a medida que las temperaturas iban subiendo la nieve comenzaba a derretirse, pero aún así en la frontera entre Ostland y Kislev esto no significaba mucho, puesto que se trataba de una de las zonas mas frías del imperio. 
Tras ponerse la armadura fue a comprobar que su caballo, un caballo de guerra majestuoso proveniente de los criadores de Averland estuviese en condiciones para partir.


Hacia dos días un joven mensajero le había traído una carta sellada con la rúbrica del Reiksmarshal, la mayor autoridad militar en el Imperio después del emperador. Esta carta traía las ordenes que tanto ansiaba y al mismo tiempo tanto temía. 

Se le ordenaba abandonar su puesto en la frontera con una parte de sus fuerzas y que se dirigiera al sur, hacia Talabecland, donde se reuniría con refuerzos enviados desde otras partes del imperio. Una vez allí, con información proporcionada por los espías imperiales, debía buscar ciertos objetos de inestimable valor. La misión debía llevarse a cabo con la mayor discreción posible, por lo que no se movilizarían a los ejércitos principales a no ser que fuera estrictamente necesario.






Marcelino recordó la única vez que lucho junto a Kurt Helborg el actual Reiksmarshal. Hacía ya tres años de aquello, desde la primera vez que pisaba Ostland. Una invasión de las fuerzas del caos había comenzado a arrasar las provincias del norte del imperio cuando el conde de  Ostland estaba de visita diplomática en Altdorf. Marcelino, como muchos otros jóvenes escuderos, había sido ascendido al rango de caballero en cuanto el conde pidió al emperador posponer la reunión, para así poder volver a su provincia para hacerse cargo de la defensa. El emperador comprendiendo lo urgente de la situación accedió sin demora y ordeno reunir a los maestres de las ordenes de caballería y que estos congregasen a sus caballeros lo antes posible y se uniesen a la Reiksguard la guardia personal del emperador para acompañar al conde y que le ayudaran a liberar a su pueblo.

Una vez pasada la emoción del momento y de marchar durante 4 días durmiendo en el caballo, llegaron a las cercanías de Volganof. Fue en Volganof donde el hijo del conde había conseguido retener a los invasores. Las fuerzas imperiales llegaban justo a tiempo para liberar la ciudad pero no para salvar la vida del heredero el cual había caído al enfrentarse en combate singular al líder de las fuerzas del norte, aún su heroico sacrificio había servido para que los defensores en una mezcla de valor y sed de venganza se enfrentasen con todavía más ahínco a los guerreros enemigos que se creían con la victoria, lo que dejo expuesto su flanco y permitió a los caballeros llevar a cabo una carga que sería recordada por el imperio y sus enemigos durante muchos años.


Marcelino jamás se había enfrentado a semejante enemigo, de lejos parecían una horda de cucarachas pero de cerca eran aún mas horribles, hombres mas altos que los caballos que montaban los caballeros enfundados en pesadas armaduras de hierro negro que luchaban junto monstruos mitad humano mitad animal, seres rojos llameantes que solo podría escribir como demonios. Afortunadamente la adrenalina no le dejo pensar demasiado en ello y con la emoción del momento y los gritos de sus compañeros cargó hacía el enemigo.



Tras la batalla, a Marcelino se le asigno el mando de su unidad por su arrojo en la batalla y debido a que era el único superviviente de la misma. Pero las cicatrices que la batalla le dejo en su mente no las curarían los galones ni el tiempo, y el alcohol conseguía apartar esos pensamientos durante un breve tiempo pero no era suficiente.

Marcelino preparo su equipaje y con un gesto ordeno a sus fuerzas que comenzasen la marcha, estas sin dudar formaron y siguiendo el compás de los músicos de la unidad emprendieron el largo camino.