Aquí tenéis un pequeño relato de la partida de ayer de la campaña del Mansiones de la locura que están jugando varios de nuestros socios.
Insmouth. 1928.
Mis compañeros y yo hemos sido contactados por un viejo colega para investigar el origen de la que resulta ser una pequiliar familia, los Marsh, en un apartado pueblecito costero.
Tras nuestra llegada, hemos estado hablando con los pocos lugareños que hemos podido encontrar por las sombrías y húmedas calles del pueblo, aunque no hemos conseguido sacarles demasiadas palabras. Nos ha dado la sensación de que en cuanto mencionábamos a los Marsh, todos ellos cambiaban el rostro y se alejaban de nosotros.
Tras la cena, nos hemos retirado al hostal con la esperanza de que mañana tengamos más éxito.
Todo esto es muy raro y estamos muy asustados.
Hemos sido despertados en medio de la noche por unos gritos en la calle. Además, alguien está intentando forzar la cerradura de la puerta de nuestra habitación. Vemos como el pomo gira de un lado para otro. Si no hacemos nada, lo que sea que esté al otro lado acabará entrando.
Hemos abierto la puerta de golpe con la intención de sorprender al intruso, aunque los sorprendidos hemos sido nosotros al ver que se trataba de una persona con unos grandes ojos saltones sin párpados y escamas en la piel.
Hemos decidido golpear primero y preguntar después.
La señorita Minh ha recibido un ligero golpe, pero reducir a esta criatura ha sido más sencillo de lo que parecía al principio.
Además le hemos quitado un extraño amuleto donde intuimos que está escrita la palabra DAGON... aunque no sabemos muy bien qué significa.
Estamos intentando salir del hostal, pero una turba enfurecida bloquea la salida principal y un extraño personaje ataviado con una túnica, que solo podría describir como una especie de "sectario", se ha materializado de repente ante nosotros gritando "Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn!!"
Hemos conseguido reducirle, pero la turba ya ocupa toda la calle.
La cordura empieza a fallarnos.
Parece ser que a los extraños residentes de este pueblo no les ha gustado que hayamos pasado la tarde haciendo preguntas sobre su pasado y lo que ocurre en sus muelles.
Tenemos que encontrar otra salida.
Hemos encontrado una pequeña trampilla en el baño del hostal que conecta con un estrecho pasadizo que va a parar a los muelles, con la playa a un lado y el embarcadero al otro.
Hemos oído unos gritos al norte y hemos visto que otra turba de gente enfurecida se acerca por el embarcadero, y ni las armas que hemos recopilado ni los hechizos que hemos podido aprender de los manuscritos que hemos ido encontrando parecen sernos de utilidad.
Oh dios, Wendy se ha quedado atrapada en el muelle y la turba de gente se dirige hacia ella. Le están lanzando objetos y botellas impregnadas en aceite que han prendido fuego a la mitad del muelle.
Creo que está herida, aunque ha podido colarse por la ventana de un edificio para escapar de la turba.
La señorita Minh empieza a dudar de que vayamos a salir con vida, creo que está perdiendo la cordura.
Y francamente, yo también.
Hemos sido acorralados en el callejón de la zona sur, y unas extrañas criaturas con cabezas que parecen de pez, escamas por todo el cuerdo y manos palmeadas se han unido a la turba.
Minh apenas articula palabras. Ya no parece que tenga miedo, pero tiene la mirada perdida... está demasiado tranquila.
No se donde está Wendy, pero no podemos esperarla.
Rita está hablando con alguien que está atrincherado en un almacén del callejón. Parece ser otro forastero.
Es nuestra única salida del callejón ya que la turba y esos extraños y aterradores seres anfibios bloquean las salidas y se acercan a nosotros.
Estamos intentando convencerle de que nos abra la puerta.
Acabo de oír un grito de una voz familiar tras de mi.
"¡¡Que tu muerte sirva de sacrificio al dios cabra de los bosques!!"
¡¡Es Minh!!
Se ha acercado a Rita y creo que le ha apuñalado con lo que parece ser una especie de cuchillo ritual.
Está fuera de si, definitivamente ha sucumbido a la locura.
Los extraños seres y la turba están encima de nosotros.
No creo que salga con vida de esta.
Venir a Ismouth definitivamente no fue buena idea...